Monólogo de la maldita espera
Adormilados gerundios cobijados bajo esta falda manchada de olvidos
negra, mustia, inerte y sin latidos
falda que oculta el sabor a besos rotos y a caricias sin tesón
seda que no acaricia más deja rasguños de muerte en la piel
agrieta mi costado aferrando una espina de hierro y hiel
Maldigo la hora en la que tuve que amar el amor que dijiste amar
Escupo la boca de las palabras sin alma
que creí sumidas en tu corazón
Mastico la madera que cubre tu cuerpo enjuto
y rompo con mi frente el maldito cristal que nos separa
Profiero alaridos hasta enmudecer y quiero que nos dejen solos, aquí
en este altar que huele a claveles blancos y a esperma de vela seca
en este altar donde esa cruz nos mira a lo lejos
más nada hace para cambiar el sino que se ha metido en mis entrañas
y hace crecer mis senos
Suenan afuera las campanas
"Tan tan, tan tan, tan tan"
ensordeciendo y enloqueciendo este anhelo nuestro que crece en mi vientre
este palpitar que no verá jamás los ojos suyos en los tuyos
ni podrá llamarte en las noches cuando los cuervos tropiecen en su ventana
ni en las tormentas eléctricas podrá jugar contigo a atrapar los relámpagos en la rueda
Fácil es tu destino maldito bastardo
te fuiste a morir por quienes no conocían ni tu nombre
mucho menos tu apellido
y hoy
en estas cuatro paredes
llenas de santos en los que no creo
te lloro
te clamo
te amo
te adoro
Fácil fue para ti maldito bastardo
dejar tu semilla en mi ombligo bien plantada para irte a ofrendar tus latidos por una patria
que no es tu patria
y hoy
en esta iglesia que hiede a muerte que envenena
tu hijo y yo
solos
te lloramos
te clamamos
te amamos
te adoramos
Y afuera,
todo el pueblo espera
que salgamos
el alcalde espera
que salgamos
los comandantes esperan
que salgamos
para entregarnos una bandera
bandera que no me devolverá a mi hombre
que no traerá jamás a el padre
que mi hijo espera
Viento Serena
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