jueves, 3 de marzo de 2011

Coronando con rubíes, zafiros y esmeraldas, la notoria esencia de su nostalgia

Corona de Nostalgia

Craso cielo desnudo de sortilegios
Bandada de libélulas de cristal biselado
Gaviotas perfumadas con violetas y nardos
Mar azul vestido con pétalos de espuma
Y el sol...
Corona con sus clandestinos rayos flabelados
La cadenciosa silueta de mi nostalgia

Emerge del epicentro oceánico de una mirada
Mariposas y calandrias pululan entre sus ondas
Mientras ella camina descalza
Sobre la espuma perlada del mar que la abarbecha
Dejando su matriz lista para ser fecundada
Por los puros besos que le aquilatan el alba

Como el Phoenix plateado
De las cenizas se regenera íntegra
Siempre como digna quimera
Pero con mas deseos y fuerzas
Abandonando los pasados que una vez la cautivaron
A la agónica angustia de la penumbra

Crece y se recrece
Mientras sus diminutas alas de azul cristal
Se destuercen y fortalecen
Ramificándose en su despliegue de verbos
Externalizando los sentires de su franco pecho
Mientras los difumina gracilmente
En la interna gama de colores eternos y permanentes

Y es que el regreso al dolor del dolor
Levanta en ella esperanzas en el amor
Muros rígidos cercando la pasión
Atalayas en sólido acero
Para cuidar su nido de los buitres y sus desaciertos
Hábilmente defiende con sus sintagmas
El anhelo a vivir libremente
Y amar persistentemente

Ella, mi Nostalgia sagrada
Ha descendido a las fauces del averno dividido
Quitando de las garras del demoniaco silencio
Las llaves celestiales que abren las puertas y ventanas
De los paraísos ancestrales
En los que sólo la luz se luce
Y la verdad viste las violetas orquídeas Que adornan los umbrales

La muerte para ella no es punto y a parte
Se ha sentado con ella a la mesa
Han abierto el vino
Comparten sus versos
Escriben rimas proverbiales
Haciendo entrambas un pacto
Sellando sempiternamente su consigna
Enredando sus letras con sus pensares

Ya la luna viste su hermosura
Las estrellas hilvanan los velos de su fortuna
Murciélagos blancos se posan en su cuerpo eternizado
Cuando de sus rizos descienden siete perlas
Para bordar la manta que cubre su realeza
Mientras mis libélulas de azul cristal
Duermen taciturnas
Sobre la fecunda matriz de su ternura

Raso cielo plagado de de sortilegios
Mariposas en cadena sobre los ojos de su quimera
Calandrias que perfuman con sus trinos de gardenias
Violáceo mar bravío desnudo de temores al solsticio
Y las nubes...
Se enraízan con la materia de su fragancia
Coronando con rubíes, zafiros y esmeraldas
La notoria esencia de su nostalgia


Viento Serena
(Lala©2011)

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