lunes, 24 de enero de 2011

Soy una privilegiada madre taina que quiere hacer un cambio en su patria


Madre Taina

Con una taza de café recién colao', estaba ojeando las páginas del único periódico que se publicó hoy. Entre noticias viejas y mal olientes, anuncios, clasificados, esquelas, sociales y uno que otro artículo que valía la pena, encontré uno que me movió la vena. "El privilegio de dar a luz al pueblo taíno". Ensayo escrito por el compatriota Osvaldo García Goyco, para las páginas de El Nuevo Día. Si alguno de ustedes gusta de leerlo, no se detengan sé muy bien que sus palabras quedarán perennes en su memoria.

No es mi interés hacer una reseña del mismo, tampoco quiero analizarlo, pues es bien sencillo y explícito. Pero antes de dar lo que mi alma necesita cantar me es necesario que les hable un poco sobre él, ayudando así a aquellos que no lo van a leer.

En este maravilloso y corto ensayo histórico, Osvaldo magistralmente muestra la identidad de lo que representaba la imagen materna para nuestro indio taíno. Todos sabemos, espero yo como puertorriqueña que tú lo sepas, que venimos de una cultural totalmente matriarcal. Si no lo sabías hasta ahora, toma nota de esto, porque así podrás comprender mejor porque tu madre es tan recia, sobre protectora y asertiva.

García Goyco hace referencia de las Cartas Indigenistas escritas por Fray Bartolomé de las Casas (1495-1498) y Pedro Mártir (1525). Ambos, en sus escritos coincidían con la imagen más hermosa que hasta hoy había leído acerca de una madre, nuestra madre taína.

Como antes mencioné, nuestra cultura fue y sigue siendo matriarcal. Antes, la figura de la mujer era respetada a lo sumo, se le trataba con dignidad. Había muchas taínas que sobresalían, como es de esperarse. ¿Cuántos conocemos la historia de Anacaona? Esos son otros veinte pesos. Otro día les prometo hablarles acerca de esta hidalga mujer y cacica taína.

Vamos a ver que escribieron, percibieron estos dos "cristianizantes y/o colonizadores, (yo de mi parte les llamo asesinos de mi raza), acerca de la imagen de la madre taína.

Primero, se dieron cuenta que para en arahuaco (taínos), la madre era cinco entidades diferentes en una. ¡Poderosa verdad! En una sola mujer la fuerza vital de cinco fuerzas universales diferentes, la Diosa Madre.

La primera, en el idioma arahuaco es Atabeira. Etimología de Atabeira: "ataba", madre; "beira"', manantial. Madre de los manantiales, la madre de todo lo que tiene vida, de los orígenes de lo creado. Dadora de vida, de ella nace todo lo que nos rodea.

La Caguana, mi predilecta. En mi casa podrán encontrar varias de ellas, es una fascinación que no les puedo explicar. Esta representa la abuela ancestral. Su imagen es la combinación de dos animales, un anfibio la rana y un reptil, la tortuga. Ambos ovíparos, se reproducen por huevos, por grandes cantidades de huevos. Ambos animales son muy fértiles, muy fecundos. Esta es la madre que representa la fertilidad, La Caguana es la madre fecunda.

Guacaparita, es otra de las entidades que reconocieron y Goyco presenta. (Quiero volver a estipular que mi intención no es reseñar ni analizar, pero es necesario que tengas la información completa para cuando yo comience a cantar.) Veamos la raíz de este nombre, esta hace que se me ericen los vellos. "Guacarra" significa cueva y "apito" principio y fin. Por ende el significado es Cueva del Principio y el Fin. En otras palabras y cito textualmente a García Goyco:"... la vagina cósmica de la madre tierra, que da origen a los seres de la creación y recibe en su seno a sis difuntos." Conocemos de nuestra historia, que nuestros indios tenían por costumbre enterrar a sus muertos en posición fetal, para que Guacaparita los acogiera de nuevo en su seno. Una boricua bragá nunca deja desamparados a sus hijos, aún en la muerte con ellos están. Este punto lo explico más adelante.

En este punto, encontramos a dos madres trabajando en conjunto. Guayina, quien se llevó a todas las taínas a la Isla de Amazonas, gobernada por Martitinó. Los taínos quedaron sin sus mujeres y su mundo se le hizo agua y sal.

Los niños lloraban sin cesar, tanto lloraron porque nadie los acurrucaba, que se convirtieron en ranas y coquíes. Este suceso en nuestra mitología taína, es el que le da inicio a la primavera de nuestra patria. ¡No son fantásticas y hermosas nuestras raíces! Nuestra mitología no tiene nada que envidiarle a las otras.

Redondeando con De las Casas, Mártir y García Goyco, los hombres desesperados sin sus mujeres, encontraron cuatro animales sin sexo que se deslizaban entre las ramas. Con la ayuda de los caracoles, (Esto es una revelación extraordinaria, ya que tenemos pensado que esto de los caracoles nos llega desde África, pero no ya los taínos los usaban en sus ceremonia místicas.) capturaron estos animales creando nuevas taínas aún más poderosas y aguerridas que las primeras.

La historia es más larga, intensa, preciosa, por lo que te invito a que la busques y te informes acerca de tus raíces. Buscando tus raíces encontrarás tu identidad.

Ahora va mi canción a la madre taína.

La mujer, la madre taína, hoy día sigue siendo la misma. Es esa madre creadora de vida, es manantial que refresca su hogar y que mantiene la mecha encendida. Es el origen de todo en su casa. Sin ella nada existiría. Es esa roca fuerte que sostiene las paredes de su bohío.

Mujer fértil y fecunda, no solamente en el ámbito natural del parir. Es fértil en ideas, fecunda en sabiduría. De la nada saca un todo para poder mantener en pie a su familia. Esa es la Caguana, esa es la que está en mi viva. Cuantas madres solteras y no solteras han tenido que usar sus habilidades, inteligencia, sabiduría para poder producir en pro de su familia? Somos quienes defendemos con uñas y dientes lo que nos pertenece y llevamos el sustento para mantenerlos con vida.

"La vagina cósmica", me fascina esta metáfora, pero más me enciende las venas lo que significa. Nosotras vamos más allá de la vida por nuestros hijos. Somos capaces de dar nuestra sangre por mantenerlos vivos. Es así que los acogemos más allá de la muerte, cuando estamos dispuestas a sacrificarlo todo por ellos. Nosotras nunca los desamparamos, no importa qué ni dónde ellos estén parados. Ellos siempre irán por encima de nuestros sueños, somos capaces de renunciar a estos, los sueños, por un momento, para que nuestros hijos puedan realizar los de ellos. Eso mismo hacemos por nuestros hombres, sin quejarnos por un momento.

Esto está perfecto! Aquí es que me desbordo como mujer boricua, como taína. Que importante somos no sólo para nuestros hijos, sino también para nuestros hombres. "Ayuda idónea he creado para ti." Ellos no pueden subsistir sin nuestra presencia, sin embargo, a través de la historia, hemos demostrado que tenemos madera para realizarnos como mujer en cualquier ámbito, sin necesidad de ellos, en nuestra soledad. No los estoy menospreciando no, pero esto es parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra historia como patria.

En una cultura matriarcal, la madre es la que cría, enseña, cuida, guía, crea, sustenta. La india taína era la que trabajaba la tierra, quien cosechaba, la que cocinaba, la que cazaba, la que pescaba, se hacía cargo de los hijos y además en momentos de guerra, acompañaba sin temor a su hombre con el arco, la flecha y la macana. Mientras, el indio taíno, se quedaba en batey "legislando" o se acostaba en la jamaca a pasar "los sueños que los dioses le regalaban a través de la cohoba". Cualquier parecido a nuestra realidad actual es puramente una coincidencia.

Voy a sacarles el guante de la cara a mis amados hombres. Madres, nosotras somos responsables de crear en nuestros varones y hembras una raza nueva taína, sin olvidar por supuesto nuestras bellas raíces. Hombres que se responsabilicen de sus roles y respeten nuestra posición como mujeres creadoras y forjadoras de patria. Dejemos de estar creando y criando machos, vamos a enseñarlos a ser hombres de verdad. Vamos a seguir fomentando que nuestras hijas sean líderes, pero que a la vez sepan apoyar y valorar a sus hombres. Que al momento de callar, escuchar y actuar, sepan respetar la posición del hombre en el hogar.

Te preguntarás: De donde sale un hombre de verdad? Respira profundo, párate frente al espejo. Ves esa figura frágil, estilizada, bella y única, ahí se esconde lo que se supone que sea la imagen de un verdadero hombre. No me malinterpretes, no chilles sin antes terminar de escuchar mi canción. Somos mujeres, muy mujeres, pero adentro, por introyección, porque corre en nuestro ADN, tenemos los cojones de un hombre.

Seguimos siendo sin duda alguna, la mujer, la madre taína.



Viento Serena
(Lala©2011)

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