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sábado, 7 de septiembre de 2013

Monólogo de la maldita espera

Monólogo de la maldita espera 

Adormilados gerundios cobijados bajo esta falda manchada de olvidos
negra, mustia, inerte y sin latidos 
falda que oculta el sabor a besos rotos y a caricias sin tesón
seda que no acaricia más deja rasguños de muerte en la piel
agrieta mi costado aferrando una espina de hierro y hiel

Maldigo la hora en la que tuve que amar el amor que dijiste amar
Escupo la boca de las palabras sin alma 
que creí sumidas en tu corazón 
Mastico la madera que cubre tu cuerpo enjuto 
y rompo con mi frente el maldito cristal que nos separa 
Profiero alaridos hasta enmudecer y quiero que nos dejen solos, aquí 
en este altar que huele a claveles blancos y a esperma de vela seca
en este altar donde esa cruz nos mira a lo lejos
más nada hace para cambiar el sino que se ha metido en mis entrañas 
y hace crecer mis senos

Suenan afuera las campanas
"Tan tan, tan tan, tan tan"
ensordeciendo y enloqueciendo este anhelo nuestro que crece en mi vientre 
este palpitar que no verá jamás los ojos suyos en los tuyos 
ni podrá llamarte en las noches cuando los cuervos tropiecen en su ventana 
ni en las tormentas eléctricas podrá jugar contigo a atrapar los relámpagos en la rueda 

Fácil es tu destino maldito bastardo 
te fuiste a morir por quienes no conocían ni tu nombre 
mucho menos tu apellido
y hoy
en estas cuatro paredes
llenas de santos en los que no creo
te lloro
te clamo
te amo
te adoro

Fácil fue para ti maldito bastardo
dejar tu semilla en mi ombligo bien plantada para irte a ofrendar tus latidos por una patria
que no es tu patria
y hoy
en esta iglesia que hiede a muerte que envenena
tu hijo y yo
solos
te lloramos
te clamamos
te amamos
te adoramos 

Y afuera, 
todo el pueblo espera 
que salgamos 
el alcalde espera 
que salgamos 
los comandantes esperan
que salgamos
para entregarnos una bandera 
bandera que no me devolverá a mi hombre 
que no traerá jamás a el padre 
que mi hijo espera 


Viento Serena
Copyright 2013

domingo, 23 de enero de 2011

Errabunda y marchita por las calles de mi presencia


Señora de mi ausencia


Señora que estas pérdida en mi ausencia
Deambulando moribunda por las calles de mi presencia
Deshojando margaritas marchitas
Desdibujando la sal de mi esencia
Quiero sentarme a tu lado
Debemos conversar sobre los fríos inviernos
Que le restan de mi ocaso

Hace mucho que das vueltas alrededor de mi carreta
Metiendo tu mano inquieta en las gavetas de conciencia
Tratando de robar mis suspiros y adueñarte de mis latidos
Has querido dejarme sin respiros en mis pulmones
Has atentado contra la materia de mis sigilos

Nunca antes te había escrito así
Tan de frente
Sin miedo al filo de tu cuchillo
Creo que ya te me has hecho tan consciente
Que no le temo a la nave de tu abismo

Muchos te han versado en sus vientres
Otros han compuesto arpegios a tu hastío
Y en esta noche de lluvia persistente
Me desnudo ante ti
Me enfrento a la frialdad de tu delirio

Jugué muchas veces a querer poseerte
Mientras tú me diste la espalda
Ignorando la ignorancia de mis pieles
Dejaste que mi corazón siguiera su curso
Evitando mirar mi mirada con tu alma
Esa alma que no tiene alma
Pues no contiene llama en el alba

Señora de la fría calandria
Usted más que mi compañera
Es la estampa de mi quimera
Esta relación que me sabe a piedra
Malsana, refractada y agobiada
Nos llevará hasta que por mi venga
Espalda contra espalda
Atadas por la misma fragancia

Mientras tanto
Sigo mi curso en la sombra de su sombra
Y usted se mantendrá perdida en mi ausencia
Errabunda y marchita por las calles de mi presencia
Deshojando las margaritas muertas
Que me mantienen que me mantienen con vida
Dibujando con tierra y arena movediza
La esencia de mi nostalgia
Contando los segundos en mis vientos
Que le quedan a mi ocaso en el invierno

Viento Serena
(Lala©2010)

viernes, 21 de enero de 2011

No la lloren, no la destierren, no la endiosen Incineren su cuerpo versado




Epitafio de Niebla

He regresado fantasma
Convertida en densa niebla
Para percatarme que la noche
Se ha adueñado de mis febriles quimeras
He despertado del desconcierto
Camino desnuda y descalza
De neblina cubro mi bruma
Calzando mis pies con plumas de garza
Deslizo el alma de mi esencia
Por las agónicas cataratas de su fragancia

Consiste entonces en seguir dormida
Para que la oscuridad espesa que me alumbra
Se disipe entre las espinas
Donde habitan las orugas
Dando vida al olvido
Que arrastrará los recuerdos de mi hastío

He vestido de desierto
Las paredes de mis latidos
Deseando sean luego desvestidas
Por las manos que conocen el vibrar de mis gemidos
Para que en el frío muro de los tiempos
Escriban mi epitafio
Cincelen este sentimiento insano y mío

"Yació escondida en las piedras
Trasmutada en densa niebla
Con su vestido desértico y siniestro
Aunque desnuda
Llevaba el alma por dentro
Supo gemir sus latidos en el tiempo
Entregó sin angustia la humedad de su sigilo
Al poeta que le fue como amante fiel
Y seguro nido
Pereció serena, quieta, tranquila
Conspicua en la sombra de la vida
Satisfecha y completa
Pues hizo como quiso y predijo
En sus lúdicos y tortuosos días
No la lloren, no la destierren, no la endiosen
Incineren su cuerpo versado
Asperjando sus erotizadas cenizas
Sobre la vertiente madre del río de sus brisas
Finalmente
Recuerden
Que sólo fue entre ustedes
La raya fantasmal en el jardín de los poetas
Ustedes fueron el sueño de sus voces"


Viento Serena

(Lala©2011)

jueves, 23 de diciembre de 2010

Mis perlas


Mis perlas

Ya con mis perlas puestas
He descubierto una puerta
Portal a la vereda de la vida
Esa que ofrece esperanzas y alegrías

Mañana aun me queda una agonía
Ver como te fundes en la tierra
Te conviertes en polvo de la Patria mía
Dejando atrás un legado
Una raíz fuerte en reconquista

Te lloraré algunos días
Quizás semanas
Quien sabe meses
Pero nunca olvidaré
Que fuiste tu
Quien con amor mi vida
Adornaste con tus quereres

Me he puesto las perlas
Solté mis trenzas
Descanso mis tristes penas
Desnudaré mi conciencia
Ya cesó la triste lluvia
La luna subió por la escalera
Las estrellas brillan aun más bellas
Ascendiste en las brisas
Regalando al universo tu sonrisa

Hoy el sol se me escondió
Mañana también a lo mejor
Mientras el otoño
Me devuelve mi primavera
Diciembre se cubre con mi abril
Y mi abuela me regala unas perlas


Viento Serena


(Lala©2010)

domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuántos


¿Cuantos?

¿Cuántos ángeles vendrán hoy a mi casa?
¿Cuántos vendrán a consolar mi alma?
Todo está en paz, en calma
Su vereda está iluminada y perfumada

Desde aquí percibo el aroma a gardenias
Ella vino a buscar a su madre bella
Se transfiguran ambas en gaviotas blancas
Alzan vuelo juntas
Cubren mis sueños
Calman mis angustias
Pero aun no comprendo
Porque siento dolor
En el centro de mi pecho

La una
Se me fue hace algún tiempo
En estos brazos hoy aun mas vacíos
Se decidió éter en las nubes
Partió en carroza de fuego
A lo lejos observa mis momentos

Hoy
Al abrir mis ojos
Se me nubló el sentimiento
Una corriente gélida golpeó mi ventisca
Hizo un nudo en mi conciencia
Hizo de mis trenzas trizas

La madre de mi etérea
Quien me regaló su sonrisa
Se subió a la carroza con ella
Azuzando mis dolores
Nublando los ojos de mi risa

Ambas
Fueron la raíz de mis conquistas
Me enseñaron a ser Mujer
Madre, Hija, Nieta
Me enseñaron a ser Patria
Cuidaron de la niñita
Se unieron en complicidad
Para hacer de mi
Ante la cruenta adversidad
Fuerte ventisca
Pero nunca pudieron lograr
Que comprendiera el dolor de la partida

En este momento
Frente al espejo desnudo de la realidad
Veo reflejadas sus imágenes
Sobre la piel de mi humanidad
Las dos en mi vientre se van convergiendo
Dejando en mi su herencia afroantillana
Haciendo de mi alma
Su eterno nido de fuego

Aguerridas guerreras
Hicieron frente a las fieras
Defendieron a su gente
No hubo gigante
Que contra ellas contendiera
Se hicieron mas que grandes
Fueron colosales por su alma noble y tierna

Al hablar de moral, ética, justicia
Fe, amor, perdón, Dios
Limpias Conciencias
Fueron estandarte puro
Pioneras y coronas de la realeza
En cuanto a la familia concierne
Roble fuerte, frondoso y consistente
Dieron sombra y cobija
A su amada cimiente creciente

Estas dos mujeres
Esas que que hoy
Se funden en mis pieles
Fueron, son y serán
La matriz de mis quereres
Esencia vívida de mi existencia

Levanto nuevamente mi rostro al cielo
Preguntándole una vez más
A mi Gran Divino Viejo
¿Cuántos ángeles vendrán hoy a mi casa?
¿Cuántos vendrán a consolar mi alma?
El me abraza tiernamente
Besando la frente de mi nostalgia
"Tranquila hija mía
Todo está en paz, en calma
Su vereda está iluminada y perfumada
Seré yo quien te consuele ese dolor
Quien te esconda en el centro de mi pecho "


Viento Serena

(Lala©2010)