Dueña y señora
Ha germinado en mi vulva un coral negro
gemido ahogado por el grito de tu cuerpo anidado en mi lengua
al saberse lamido por las ninfas desnudas en mi aposento
devorado sin piedad por cada una de ellas
hasta la última gota de tu vena estoica
Lo más raro es que este coral negro sigue creciendo
se expande por cada extremidad antagonista en mi poseso cuerpo
cavila en mi ombligo con sus colmillos
y al roer mis pezones sin clemencia
hace que profiera vulgaridades en lenguas muertas
Es que despiertas esa puta vestida de sirena
esa que en una roca a lo lejos toca su clítoris
mientras delirante en las olas te espera
la que se sabe deseada como la ramera más cotizada
la que se sabe tan amada como a la dueña y señora de su casa
Viento Serena
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