Extremum verbum
Harta estoy ya de dar gritos
Cansada de enfrentar las sombras hipócritas de los clandestinos parias de la mentira amarga
Los esqueletos complejos del utópico sino
Escribiendo estaba una retórica blanca a nuestra poesía dedicada
Mas tuve que hacer un alto y levantar nuevamente mi pluma
Cual espada blanda haciendo un surco en la tibia espuma
Vuelven a sorprender los motines insulsos
Apabullados y huecos insultos
Donde la ética moralista literaria
Queda ultrajada cual inocente niña enclaustrada
Nos cantamos de ser quienes llevamos amor envuelto en mantos de Gregorio
Cuando en realidad nos embarcamos en luchas sangrientas
Cuales cruentos gladiadores en busca de paga por gloria y nombre en las estrellas
No nos fijamos en cuanto daño hacemos a los que crecen a nuestros lados
Quienes nos ven como ejemplar ejemplo
A quienes estamos mal educando tras nuestros rastros traicioneros
Hace tropiezos ha les cuestionaba
Aun con lágrimas en los ojos recuerdo
¿Qué dirían los ancestros de esto que nos está consumiendo hasta los huesos?
Góngora se enfrentaba a Lope
Lope contra el gordo escribía
Pero aun dentro de estas batallas en las rimas
Podemos encontrar respeto y valor entre sus riñas
Mas hoy
Escribí un punto en mi desenfreno
Yo que solo en comas y suspensivos derramo mis alocados versos
Un punto pues he decidido acotar mi apología
No pienso soplar después de estos mismos
Un verso inhóspito por estos desleales sucesos de utopía
Un punto.
No más deterioro en mis raíces.
Alimentaré mis violetas nostalgias con azules
Ámbares y escarlatas rubíes
Un punto.
No blandiré mi espada en contra de fronterizas meretrices.
Seré quien enjugue sus perlas cuando estas cansadas regresen de sus rabietas de las cavernas
Un punto.
Me rehuso vitalmente a trazar sobre mi lienzo grietas por donde se escurran vahos de muerte y vilipendio.
Estas dos señoras las sacaré a paseo sólo cuando contra ellas mismas descubra el espejo de mi estruendo
Un punto.
Dejaré libremente volar los murciélagos ciegos del paradójico secreto.
Total, ellos mismo por su peso caerán
Veremos sus cuerpos flotando inertes sobre el sereno
Un punto.
Decido pletóricamente olvidar y obviar todo injurio, vituperio y dramatismo antagónico.
¿Quién soy yo para como justa juez enjuiciar a alguien que realmente no conoce las membranas de mi andar?
Solo me queda perdonar y recapacitar
Un punto.
Renuncio a ser llamada poeta.
Esto es redundando en la redundancia eterna de mis letras
Esta vez no porque no lo sea
Pues soy lo que soy ante todos
Y entre las piedras
Renuncio a esta mi verdad
Pues me avergüenza lo que nos está destruyendo la colmena
Estoy ya por terminar
Hago un llamado enérgico a sus conciencias
En este universo hay espacio demás para nuestro versar
Porque perder el tiempo en dilemas de falsa grandeza
Después de todo estos traspiés
Quedamos todos en ridículo
Al dejarnos envolver en estos dramas sin pie ni destino
Pudimos haber escrito juntos un perfecto poema a los niños
Quizás pudimos haber escrito un soneto con sabor a heráldica quimera
Quien sabe si hubiésemos logrado un canto de esperanza etérea
O una leyenda que sobrenaturalmente trascendiera
Pero no fue así
Tristemente decidimos agarrarnos por las trenzas
Tratando de ver quien era quien
En las cortes furibundas de una realeza muerta
Hoy...
En la comodidad de esta jaula sin puertas
Solo ventanas
Y ventanas abiertas a quienes se sinceren en las letras
Preparo un delicioso café
Escribo un poema blanco
A la poesía de los poetas
Poetas con alma de poesía
Pues cansada estoy de chismes
Dramas, envidias y algarabías
Comencemos a respetar las matrices ajenas
Respetemos la sagrada tinta que nace en los otros poemas
Hoy escribo un punto.
No volveré a tocar este tema
Viento Serena
(Lala©2011)
domingo, 20 de marzo de 2011
jueves, 3 de marzo de 2011
Coronando con rubíes, zafiros y esmeraldas, la notoria esencia de su nostalgia
Corona de Nostalgia
Craso cielo desnudo de sortilegios
Bandada de libélulas de cristal biselado
Gaviotas perfumadas con violetas y nardos
Mar azul vestido con pétalos de espuma
Y el sol...
Corona con sus clandestinos rayos flabelados
La cadenciosa silueta de mi nostalgia
Emerge del epicentro oceánico de una mirada
Mariposas y calandrias pululan entre sus ondas
Mientras ella camina descalza
Sobre la espuma perlada del mar que la abarbecha
Dejando su matriz lista para ser fecundada
Por los puros besos que le aquilatan el alba
Como el Phoenix plateado
De las cenizas se regenera íntegra
Siempre como digna quimera
Pero con mas deseos y fuerzas
Abandonando los pasados que una vez la cautivaron
A la agónica angustia de la penumbra
Crece y se recrece
Mientras sus diminutas alas de azul cristal
Se destuercen y fortalecen
Ramificándose en su despliegue de verbos
Externalizando los sentires de su franco pecho
Mientras los difumina gracilmente
En la interna gama de colores eternos y permanentes
Y es que el regreso al dolor del dolor
Levanta en ella esperanzas en el amor
Muros rígidos cercando la pasión
Atalayas en sólido acero
Para cuidar su nido de los buitres y sus desaciertos
Hábilmente defiende con sus sintagmas
El anhelo a vivir libremente
Y amar persistentemente
Ella, mi Nostalgia sagrada
Ha descendido a las fauces del averno dividido
Quitando de las garras del demoniaco silencio
Las llaves celestiales que abren las puertas y ventanas
De los paraísos ancestrales
En los que sólo la luz se luce
Y la verdad viste las violetas orquídeas Que adornan los umbrales
La muerte para ella no es punto y a parte
Se ha sentado con ella a la mesa
Han abierto el vino
Comparten sus versos
Escriben rimas proverbiales
Haciendo entrambas un pacto
Sellando sempiternamente su consigna
Enredando sus letras con sus pensares
Ya la luna viste su hermosura
Las estrellas hilvanan los velos de su fortuna
Murciélagos blancos se posan en su cuerpo eternizado
Cuando de sus rizos descienden siete perlas
Para bordar la manta que cubre su realeza
Mientras mis libélulas de azul cristal
Duermen taciturnas
Sobre la fecunda matriz de su ternura
Raso cielo plagado de de sortilegios
Mariposas en cadena sobre los ojos de su quimera
Calandrias que perfuman con sus trinos de gardenias
Violáceo mar bravío desnudo de temores al solsticio
Y las nubes...
Se enraízan con la materia de su fragancia
Coronando con rubíes, zafiros y esmeraldas
La notoria esencia de su nostalgia
Viento Serena
(Lala©2011)
Craso cielo desnudo de sortilegios
Bandada de libélulas de cristal biselado
Gaviotas perfumadas con violetas y nardos
Mar azul vestido con pétalos de espuma
Y el sol...
Corona con sus clandestinos rayos flabelados
La cadenciosa silueta de mi nostalgia
Emerge del epicentro oceánico de una mirada
Mariposas y calandrias pululan entre sus ondas
Mientras ella camina descalza
Sobre la espuma perlada del mar que la abarbecha
Dejando su matriz lista para ser fecundada
Por los puros besos que le aquilatan el alba
Como el Phoenix plateado
De las cenizas se regenera íntegra
Siempre como digna quimera
Pero con mas deseos y fuerzas
Abandonando los pasados que una vez la cautivaron
A la agónica angustia de la penumbra
Crece y se recrece
Mientras sus diminutas alas de azul cristal
Se destuercen y fortalecen
Ramificándose en su despliegue de verbos
Externalizando los sentires de su franco pecho
Mientras los difumina gracilmente
En la interna gama de colores eternos y permanentes
Y es que el regreso al dolor del dolor
Levanta en ella esperanzas en el amor
Muros rígidos cercando la pasión
Atalayas en sólido acero
Para cuidar su nido de los buitres y sus desaciertos
Hábilmente defiende con sus sintagmas
El anhelo a vivir libremente
Y amar persistentemente
Ella, mi Nostalgia sagrada
Ha descendido a las fauces del averno dividido
Quitando de las garras del demoniaco silencio
Las llaves celestiales que abren las puertas y ventanas
De los paraísos ancestrales
En los que sólo la luz se luce
Y la verdad viste las violetas orquídeas Que adornan los umbrales
La muerte para ella no es punto y a parte
Se ha sentado con ella a la mesa
Han abierto el vino
Comparten sus versos
Escriben rimas proverbiales
Haciendo entrambas un pacto
Sellando sempiternamente su consigna
Enredando sus letras con sus pensares
Ya la luna viste su hermosura
Las estrellas hilvanan los velos de su fortuna
Murciélagos blancos se posan en su cuerpo eternizado
Cuando de sus rizos descienden siete perlas
Para bordar la manta que cubre su realeza
Mientras mis libélulas de azul cristal
Duermen taciturnas
Sobre la fecunda matriz de su ternura
Raso cielo plagado de de sortilegios
Mariposas en cadena sobre los ojos de su quimera
Calandrias que perfuman con sus trinos de gardenias
Violáceo mar bravío desnudo de temores al solsticio
Y las nubes...
Se enraízan con la materia de su fragancia
Coronando con rubíes, zafiros y esmeraldas
La notoria esencia de su nostalgia
Viento Serena
(Lala©2011)
miércoles, 16 de febrero de 2011
A la Madre de nuestras rimas... A ella, Julia de Burgos
Hay una mujer en nuestras vidas muy importante, una poeta que es la madre de nuestros versos. Fue ella la que en un tropiezo de nuestros tiempos, se confabuló con el sino y nos conjugó con la misma tinta, nos derramó en el mismo verso.
Esta mujer puertorriqueña, hija legítima de nuestra tierra, vivió bajo unas consignas avasalladoras, fue pionera en muchas guerras. Como poeta fue y es baluarte digno de seguir, estudiar y profundizar. No hay una como ella: Julia de Burgos.
Interesante es que nosotros, Aristarco y yo, la amemos como la amamos cuando le conocemos las nostalgias de sus despechos.
Aristarco la llora, le reclama y aclama, mientras que yo, no me veo refractada en su espejo, pero ambos amamos sus eternales versos, ambos rendimos honor al cuerpo que se desvaneció en el silencio.
Estos dos poemas que presentamos, fueron escritos a destiempos, pues mi amado tuvo el valor de escribirle a Julia mucho antes que yo, fue quien le gritó al viento el dolor de no haber podido besar sus pies y consolar sus desalientos. Yo, escondiéndome tras la cortina de la cobardía, viéndola intocable, nunca antes lo hice, mas hoy, rasgo la cortina y la veo vulnerable.
A Julia
De Aristaco Dávila
Julia…
Un beso tuyo en mi frente me hubiese enseñado tantas cosas.
Hubiese entendido porque el sol me quema los años recorridos,
Porque el alba estrellada se enreda en mis labios
Y hubieses descubierto ante mis ojos
El lugar donde se esconde el alma de mis tantos ríos…
Sin ti…
Sin ti tengo una duda constante acalambrada en mi garganta
Sin ti cargo con la búsqueda de la libertad intransigente,
Con la búsqueda de tu voz,
De tus ensueños…
No se besar el cielo como tú aun lo haces…
Partiste hacia el nacimiento de las brisas que el horizonte esconde.
Julia,
Pecaste contra mí…
Me ocultaste tu llanto.
Sin ti puedo ver como la soledad y el desmayo riñe entre tus parpados.
Conservaste tu tristeza en cautiverio
Solo le dejaste ser
Entre los versos que mas destello derraman…
Pero aun así,
Nunca le cediste su albedrio natural y nunca,
Nunca fuiste capaz de sonreír como quisiste…
Por lo menos ante mi nunca lo hiciste…
Vi llorar tu conciencia sobre tus alas
Y fui situado en tu soledad oculta constantemente…
Escribiste de cuerpos de agua sin principios y eternos
Entre los cuales te desvestías de tu piel
Haciendo de sus corrientes fuego de hombres mudos
Que nunca faltaron a saciarse de tus musas
Y de la falta de falta de alcanzar sus orillas.
Julia mía, mía Julia…
¡Escúchame!
Todavía hoy veo tus golondrinas.
Puedo ver como estos paisajes te seducían cada día…
Por tus manos me llevo hacia tus encuentros con la que hoy
Es también mi tierra…
Por medio de tus palabras puedo sentir que alcanzo
La esencia de tus pies…
Puedo ver como navegaste desalentada por mares de promesas desvividas
Y era dormida que encontrabas redención.
Sé que buscaste en cada hombre imaginado
Remover el llanto de tus crepusculinos años…
Que Clara y su angustia te señalaban tus dos rostros
Cada vez que conversabas con sus páginas
Y cada vez que lo hacías,
Intentaste desprenderte de ti misma.
Pero para cada uno de tus intentos,
Fuiste solo una copa de buen vino
Derramada en el suelo.
No supiste escoger llorar…
Julia,
Por ti es que no se llorar.
Arrancaste la vida de tu pecho y no quisiste verme…
Observa la nostalgia que fundiste sobre mí el día en que nací,
Contempla calladamente la mirada menoscabada y triste que me acompaña perpetua como vicio inmutable,
Mira como la llevo con vehemencia en el rostro que mi padre me talló.
Duerme conmigo sobre esta sábana escarnecedora
Aunque sea solo una noche,
Para que presencies los sueños que me atormentan en tu ausencia.
Quiero que veas cómo me muerden en las mañanas
Todo porque rechazaste hija nena,
Que la vejez te alcanzase
Y descansase eternamente en tus recuerdos.
Ahora Julia de Burgos,
Te lloro con llanto de joven y te grito en pedazos con la garganta de un viejo que la muerte ve venir.
Porque tu musa me entiende,
Pero no tu alma.
Porque quiero decirte que te anhelo con ansias de niño quebrantado
Y no sé cómo decirle a mi corazón que ya no estás.
No sé cómo decirle que un sepulcro te consuela,
Que ahora el abrazo de una tierra disipada te da calor y no tu pueblo,
Aquellos que ruegan serlo…
Si tan solo hubieses hecho proverbio los secretos de tus versos,
El amor de cada letra derramada por tu boca
Y la enardecida devoción que sentías hacia tu odisea…
Tal vez hoy,
Mi vida fuese distinta.
Tal vez amada Julia,
Demandaría que mi vida cayese junto a la tuya sin dudarlo
Y el perfil de tus poemas seria mi bálsamo día tras día.
Pero puede ser
Julia mía y amada Jula,
Que “camine largas noches sobre un dolor estéril,
Abandonado y frágil,
Por todas las orillas,
Ahuecando las horas con mis pasos turbados
Que llevaban mi impulso de caída en caída.”
“y no pude encontrarte por los hondos abismos de errores
Y de herencias que tuvieron mi vida”
Y ahora busco calor en lo apacible que he soñando sean tus brazos.
Imaginando que hablo contigo,
Buscando consolar mi vida
A riendas de tu eterno llanto.
Julia intocable, Julia vulnerable
De Viento Serena
Maldigo la hora en que conocí tu historia
Desde ese momento has sido una estigma en la leyenda mía
Una premisa acusatoria
Que aun cuando no recorrí contigo las calles ni el tranvía
A través de las amarillentas páginas
Fuiste mucho más que matriz
Fuiste compañía
Podría escribir versos rosados en tu nombre
Mas prefiero escribir para ti una elegía
Pues muchos son los versos que por ti siento
Entre admiración pluscuamperfecta
Y la osadía de sentir
Vergüenza y triste pena
Por lo que fuiste
Por lo que fui
Por lo que sufrimos aparte en el tiempo
Vengo ante ti sin velos sobre mi cuerpo
Con el derecho que me otorgan los errores cometidos
El dolor y los olvidos
Para poder hablar frente a tu espejo
Observando mi esencia refractada
En los pedazos del espejismo de tu sufrimiento
Partiendo de la premisa que fuimos ambas Magdalenas
Por decisión o por sino
Recorrimos en sendas distantes
La misma estéril y solariega vereda
Pude haberte escrito otros versos
Donde las margaritas y libélulas
Adornaran tu espeso cabello
Donde ofrendara perlas a tus piernas
Y calzara tus arcos con lágrimas violetas
Mas el grito de desilusión que me sale del pecho
Se arraiga a mis venas
Envenenando con amor mi esencia
Haciéndome tragar de tu sepulcro la tierra
Y la nostalgia malsana de la piel de tu quimera
Quisiera entenderte
Mas en este instante no logro comprender tus entuertos
¿Cómo es posible que pudieses entregar tus deseos en los papeles del despreciado despecho
Enfrascando tu mirada altiva en el naufragio de una costumbre maldita y cautiva?
Te cantaste libre de prejuicio
En los cauces del río del hastío
Dijiste ser Julia frente a Julia
Desnuda de elitismo y clasista utopía
Para luego terminar fría y seca
Muerta en agonía
Caminando en el destierro
Huyendo a la realidad de tus días
¿De qué me sirven tus líneas ahora?
¿Para qué seguir versando esta elegía?
¿Seré yo quien a la postre de la vida
Me vea atrapada en la verdad de estas rimas?
Se sincera conmigo de una vez y por todas
¿De qué te sirvió escribir tus proezas ajenas
Para luego morir atragantada con la hiel de tu hipocresía ciega?
¿Intocable?
Así te estuve viendo desde lo lejos
En esos de madera mis estantes
Por mucho tiempo estuve escondiendo este sentimiento
Tratando de ocultar el desierto que causabas con tus mentiras a mis huesos
Por temor a mancillarte frente a aquellos que una vez te lapidaron frente a la consigna
Con miedo a ofender la memoria de tu arte
El nuestro
Tan mío
Mas él
Ese al que haces sangrar sobre las aguas del papel
Ese que se derrama de nostalgias
Pues no le permitiste tatuar su amor en tus pies
Me mostró que puedo amarte
Admirarte como lo hago
Aunque conozca la vulnerabilidad
De la cruda verdad de tu ser
Me enseñó a coronarte poeta
Aunque quiera encadenar a la mujer
Mostrándome la ventana de tu espalda
Para que me percatara de lo que en tus baúles escondías
A la faz clara de la alborada
No, no, no
Para nada me arrepiento del amor que por ti siento
No estoy juzgando los temores que enterraste en tus senos
Sin embargo en aras de ese mismo amor
Quisiera que escucharas el eco de mis mutismos
Y te levantaras cual ráfaga de calandrias
A defender tu criticada postura
A escupir el rostro de la amargura
A luchar por el fruto corrompido de tus olvidos
¡Cómo te hago entender ahora
que no necesitabas sentir en tu vientre vida
Para ser la Patria fértil abonada por las manos de mi isla!
¡Cómo hacerte ver que la luz siempre brilla
Sea de noche, sea de día
Pues en algún lugar del mundo el sol alumbra las veredes fantasías!
¡Dime si es que te atreves tu,
Julia de mis amargas postrimerías,
Cómo he de hacerte aceptar que pudiste haber fraguado otro fin a tu fructífera y corta vida!
Es que quisiera meterme en tus pieles
Quisiera fundirme en tu apatía
Para transfundirte mis quereres
Despertándote del sueño que aniquiló tus poderosas brisas
A ti te pintaba el sol
Yo maquillo mis ventiscas
En ti no mandaba nadie
Mas yo tengo el poder sobre mis lloviznas
Mentiste Julia
Mentiste sobre las cenizas
Me mentiste a mi
Eso me desgarra las vísceras
Haces trizas la imagen que tenía
Veo la desnudez de tu equipaje
Descubrí la fragmentación de tu algarabía
A esos que te les enfrentaste como fiera pantera
Negando ser paria de sus pasiones inconstantes
Negando ser de ellos marioneta
Terminaron esculpiendo en la tea septuaginta de tu condena
La sentencia que te encadenó a la hoguera oscura y sempiterna
Hoy
Ya no me miro en tu espejo
Renuncio a sentir vergüenza por estos versos
No acostumbro retractar mis reales pensamientos
Llevo una lucha caballeresca contra las falsedades en los poemas
Y tú no has de ser punto y aparte
Te has convertido en una línea más en esta libreta
Y hoy contra tu falacia levanto mis versares
Frente a tu tumba
Desnuda se encuentra mi esencia
Sintiendo lástima de tu pesaroso andar
Admirando la agilidad de tu cantar
Haciendo honor a tus maquilladas letras
A tu fantástica vida de frágiles poemas
Mas de mujer a mujer te digo
Yo si entrego a mi hombre
Ese que pudo haber sido mas que tu hijo
Honestidad y realidad
Le entrego la verdad en mi poesía
No le escondo el futuro de mis caminos
Pues es el dueño eterno de mi vista
Defiendo con mis garras nuestra guarida
Soy capaz de matar por su cuerpo
De asesinar por mantener intacta
La dignidad de nuestra viña
No existe ente, ser o fantasma
No hay sociedad que ose hablar en contra de mi amnistía
Soy mujer, madre, hermana, hija
Soy amiga, patriota, poeta delirante
Tu moriste vestida de mentiras ancestrales
Moriste en vida antes
Vertiéndote vulnerable
Mas yo
Aun con vida
Escribiendo para ti esta elegía
Pues finalmente
Soy yo
La intocable
Viento Serena
(Lala©2011)
A la Madre de nuestras rimas... A ella, Julia de Burgos
Hay una mujer en nuestras vidas muy importante, una poeta que es la madre de nuestros versos. Fue ella la que en un tropiezo de nuestros tiempos, se confabuló con el sino y nos conjugó con la misma tinta, nos derramó en el mismo verso.
Esta mujer puertorriqueña, hija legítima de nuestra tierra, vivió bajo unas consignas avasalladoras, fue pionera en muchas guerras. Como poeta fue y es baluarte digno de seguir, estudiar y profundizar. No hay una como ella: Julia de Burgos.
Interesante es que nosotros, Aristarco y yo, la amemos como la amamos cuando le conocemos las nostalgias de sus despechos.
Aristarco la llora, le reclama y aclama, mientras que yo, no me veo refractada en su espejo, pero ambos amamos sus eternales versos, ambos rendimos honor al cuerpo que se desvaneció en el silencio.
Estos dos poemas que presentamos, fueron escritos a destiempos, pues mi amado tuvo el valor de escribirle a Julia mucho antes que yo, fue quien le gritó al viento el dolor de no haber podido besar sus pies y consolar sus desalientos. Yo, escondiéndome tras la cortina de la cobardía, viéndola intocable, nunca antes lo hice, mas hoy, rasgo la cortina y la veo vulnerable.
A Julia
De Aristaco Dávila
Julia…
Un beso tuyo en mi frente me hubiese enseñado tantas cosas.
Hubiese entendido porque el sol me quema los años recorridos,
Porque el alba estrellada se enreda en mis labios
Y hubieses descubierto ante mis ojos
El lugar donde se esconde el alma de mis tantos ríos…
Sin ti…
Sin ti tengo una duda constante acalambrada en mi garganta
Sin ti cargo con la búsqueda de la libertad intransigente,
Con la búsqueda de tu voz,
De tus ensueños…
No se besar el cielo como tú aun lo haces…
Partiste hacia el nacimiento de las brisas que el horizonte esconde.
Julia,
Pecaste contra mí…
Me ocultaste tu llanto.
Sin ti puedo ver como la soledad y el desmayo riñe entre tus parpados.
Conservaste tu tristeza en cautiverio
Solo le dejaste ser
Entre los versos que mas destello derraman…
Pero aun así,
Nunca le cediste su albedrio natural y nunca,
Nunca fuiste capaz de sonreír como quisiste…
Por lo menos ante mi nunca lo hiciste…
Vi llorar tu conciencia sobre tus alas
Y fui situado en tu soledad oculta constantemente…
Escribiste de cuerpos de agua sin principios y eternos
Entre los cuales te desvestías de tu piel
Haciendo de sus corrientes fuego de hombres mudos
Que nunca faltaron a saciarse de tus musas
Y de la falta de falta de alcanzar sus orillas.
Julia mía, mía Julia…
¡Escúchame!
Todavía hoy veo tus golondrinas.
Puedo ver como estos paisajes te seducían cada día…
Por tus manos me llevo hacia tus encuentros con la que hoy
Es también mi tierra…
Por medio de tus palabras puedo sentir que alcanzo
La esencia de tus pies…
Puedo ver como navegaste desalentada por mares de promesas desvividas
Y era dormida que encontrabas redención.
Sé que buscaste en cada hombre imaginado
Remover el llanto de tus crepusculinos años…
Que Clara y su angustia te señalaban tus dos rostros
Cada vez que conversabas con sus páginas
Y cada vez que lo hacías,
Intentaste desprenderte de ti misma.
Pero para cada uno de tus intentos,
Fuiste solo una copa de buen vino
Derramada en el suelo.
No supiste escoger llorar…
Julia,
Por ti es que no se llorar.
Arrancaste la vida de tu pecho y no quisiste verme…
Observa la nostalgia que fundiste sobre mí el día en que nací,
Contempla calladamente la mirada menoscabada y triste que me acompaña perpetua como vicio inmutable,
Mira como la llevo con vehemencia en el rostro que mi padre me talló.
Duerme conmigo sobre esta sábana escarnecedora
Aunque sea solo una noche,
Para que presencies los sueños que me atormentan en tu ausencia.
Quiero que veas cómo me muerden en las mañanas
Todo porque rechazaste hija nena,
Que la vejez te alcanzase
Y descansase eternamente en tus recuerdos.
Ahora Julia de Burgos,
Te lloro con llanto de joven y te grito en pedazos con la garganta de un viejo que la muerte ve venir.
Porque tu musa me entiende,
Pero no tu alma.
Porque quiero decirte que te anhelo con ansias de niño quebrantado
Y no sé cómo decirle a mi corazón que ya no estás.
No sé cómo decirle que un sepulcro te consuela,
Que ahora el abrazo de una tierra disipada te da calor y no tu pueblo,
Aquellos que ruegan serlo…
Si tan solo hubieses hecho proverbio los secretos de tus versos,
El amor de cada letra derramada por tu boca
Y la enardecida devoción que sentías hacia tu odisea…
Tal vez hoy,
Mi vida fuese distinta.
Tal vez amada Julia,
Demandaría que mi vida cayese junto a la tuya sin dudarlo
Y el perfil de tus poemas seria mi bálsamo día tras día.
Pero puede ser
Julia mía y amada Jula,
Que “camine largas noches sobre un dolor estéril,
Abandonado y frágil,
Por todas las orillas,
Ahuecando las horas con mis pasos turbados
Que llevaban mi impulso de caída en caída.”
“y no pude encontrarte por los hondos abismos de errores
Y de herencias que tuvieron mi vida”
Y ahora busco calor en lo apacible que he soñando sean tus brazos.
Imaginando que hablo contigo,
Buscando consolar mi vida
A riendas de tu eterno llanto.
Julia intocable, Julia vulnerable
De Viento Serena
Maldigo la hora en que conocí tu historia
Desde ese momento has sido una estigma en la leyenda mía
Una premisa acusatoria
Que aun cuando no recorrí contigo las calles ni el tranvía
A través de las amarillentas páginas
Fuiste mucho más que matriz
Fuiste compañía
Podría escribir versos rosados en tu nombre
Mas prefiero escribir para ti una elegía
Pues muchos son los versos que por ti siento
Entre admiración pluscuamperfecta
Y la osadía de sentir
Vergüenza y triste pena
Por lo que fuiste
Por lo que fui
Por lo que sufrimos aparte en el tiempo
Vengo ante ti sin velos sobre mi cuerpo
Con el derecho que me otorgan los errores cometidos
El dolor y los olvidos
Para poder hablar frente a tu espejo
Observando mi esencia refractada
En los pedazos del espejismo de tu sufrimiento
Partiendo de la premisa que fuimos ambas Magdalenas
Por decisión o por sino
Recorrimos en sendas distantes
La misma estéril y solariega vereda
Pude haberte escrito otros versos
Donde las margaritas y libélulas
Adornaran tu espeso cabello
Donde ofrendara perlas a tus piernas
Y calzara tus arcos con lágrimas violetas
Mas el grito de desilusión que me sale del pecho
Se arraiga a mis venas
Envenenando con amor mi esencia
Haciéndome tragar de tu sepulcro la tierra
Y la nostalgia malsana de la piel de tu quimera
Quisiera entenderte
Mas en este instante no logro comprender tus entuertos
¿Cómo es posible que pudieses entregar tus deseos en los papeles del despreciado despecho
Enfrascando tu mirada altiva en el naufragio de una costumbre maldita y cautiva?
Te cantaste libre de prejuicio
En los cauces del río del hastío
Dijiste ser Julia frente a Julia
Desnuda de elitismo y clasista utopía
Para luego terminar fría y seca
Muerta en agonía
Caminando en el destierro
Huyendo a la realidad de tus días
¿De qué me sirven tus líneas ahora?
¿Para qué seguir versando esta elegía?
¿Seré yo quien a la postre de la vida
Me vea atrapada en la verdad de estas rimas?
Se sincera conmigo de una vez y por todas
¿De qué te sirvió escribir tus proezas ajenas
Para luego morir atragantada con la hiel de tu hipocresía ciega?
¿Intocable?
Así te estuve viendo desde lo lejos
En esos de madera mis estantes
Por mucho tiempo estuve escondiendo este sentimiento
Tratando de ocultar el desierto que causabas con tus mentiras a mis huesos
Por temor a mancillarte frente a aquellos que una vez te lapidaron frente a la consigna
Con miedo a ofender la memoria de tu arte
El nuestro
Tan mío
Mas él
Ese al que haces sangrar sobre las aguas del papel
Ese que se derrama de nostalgias
Pues no le permitiste tatuar su amor en tus pies
Me mostró que puedo amarte
Admirarte como lo hago
Aunque conozca la vulnerabilidad
De la cruda verdad de tu ser
Me enseñó a coronarte poeta
Aunque quiera encadenar a la mujer
Mostrándome la ventana de tu espalda
Para que me percatara de lo que en tus baúles escondías
A la faz clara de la alborada
No, no, no
Para nada me arrepiento del amor que por ti siento
No estoy juzgando los temores que enterraste en tus senos
Sin embargo en aras de ese mismo amor
Quisiera que escucharas el eco de mis mutismos
Y te levantaras cual ráfaga de calandrias
A defender tu criticada postura
A escupir el rostro de la amargura
A luchar por el fruto corrompido de tus olvidos
¡Cómo te hago entender ahora
que no necesitabas sentir en tu vientre vida
Para ser la Patria fértil abonada por las manos de mi isla!
¡Cómo hacerte ver que la luz siempre brilla
Sea de noche, sea de día
Pues en algún lugar del mundo el sol alumbra las veredes fantasías!
¡Dime si es que te atreves tu,
Julia de mis amargas postrimerías,
Cómo he de hacerte aceptar que pudiste haber fraguado otro fin a tu fructífera y corta vida!
Es que quisiera meterme en tus pieles
Quisiera fundirme en tu apatía
Para transfundirte mis quereres
Despertándote del sueño que aniquiló tus poderosas brisas
A ti te pintaba el sol
Yo maquillo mis ventiscas
En ti no mandaba nadie
Mas yo tengo el poder sobre mis lloviznas
Mentiste Julia
Mentiste sobre las cenizas
Me mentiste a mi
Eso me desgarra las vísceras
Haces trizas la imagen que tenía
Veo la desnudez de tu equipaje
Descubrí la fragmentación de tu algarabía
A esos que te les enfrentaste como fiera pantera
Negando ser paria de sus pasiones inconstantes
Negando ser de ellos marioneta
Terminaron esculpiendo en la tea septuaginta de tu condena
La sentencia que te encadenó a la hoguera oscura y sempiterna
Hoy
Ya no me miro en tu espejo
Renuncio a sentir vergüenza por estos versos
No acostumbro retractar mis reales pensamientos
Llevo una lucha caballeresca contra las falsedades en los poemas
Y tú no has de ser punto y aparte
Te has convertido en una línea más en esta libreta
Y hoy contra tu falacia levanto mis versares
Frente a tu tumba
Desnuda se encuentra mi esencia
Sintiendo lástima de tu pesaroso andar
Admirando la agilidad de tu cantar
Haciendo honor a tus maquilladas letras
A tu fantástica vida de frágiles poemas
Mas de mujer a mujer te digo
Yo si entrego a mi hombre
Ese que pudo haber sido mas que tu hijo
Honestidad y realidad
Le entrego la verdad en mi poesía
No le escondo el futuro de mis caminos
Pues es el dueño eterno de mi vista
Defiendo con mis garras nuestra guarida
Soy capaz de matar por su cuerpo
De asesinar por mantener intacta
La dignidad de nuestra viña
No existe ente, ser o fantasma
No hay sociedad que ose hablar en contra de mi amnistía
Soy mujer, madre, hermana, hija
Soy amiga, patriota, poeta delirante
Tu moriste vestida de mentiras ancestrales
Moriste en vida antes
Vertiéndote vulnerable
Mas yo
Aun con vida
Escribiendo para ti esta elegía
Pues finalmente
Soy yo
La intocable
Viento Serena
(Lala©2011)
miércoles, 9 de febrero de 2011
Divagando sobre una sombra
Agónica Nostalgia
Enamorada de la brisa
Sale Nostalgia de su morada
Camina descalza sobre la grama
Totalmente ilusionada
Llevando en sus manos una flor
Y en su pecho una calandria
Desnuda sin falsa vergüenza
O turbio pudor
No le importa usurpen sus añoranzas
Las gaviotas anidan en sus trenzas
El sol abraza su pureza
Nieve escarlata asperja su fragancia
Mientras libélulas azules jugaretean
Alrededor de su cuerpo de quimera
Frágil es su matriz
Espejismo de su certeza
Trasparente como su mirar
Es más que simple materia
Es algoritmo sobrenatural
Cálida hoguera para su tierra
Su centro palpita plateados ensueños
Anhelos entibiados
Por el abrazo del sereno
Sueños compartidos
Con el universo de versos
Deseos escondidos
En el baúl de su silencio
Sentada sobre la espuma rosada en su penumbra
Divaga sobre la sombra de una vertiente aromática
Separa los pétalos de la flor alimentando su gorrión
Cantando junto al corifeo ciego
Las melodías que sobre su cuerpo
Un día en el tiempo escribieron
Sigue Nostalgia de la brisa enamorada
Se adentra en su morada
El frío acorrala su nívea amalgama
Ha dejado sus frescas huellas sobre la grama
La ilusión le dibuja un árbol sobre su alma
Cubre su desnudez no por vergüenza
Lo hace pues quiere visitar las estrellas
Para compartir con el sereno sus sueños
Antes que las añoranzas
Le usurpen el sol de su misterio
Viento Serena
(Lala©2011)
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