domingo, 5 de diciembre de 2010

Buscando amor en justicia

La estatua de Nostalgia

Nostalgia…
Sentada en la esfera color esmeralda
En la mano una mecha efimerada
Y en su pelo una esperanza cautiva
En sus parajes secretos
En sus sueños lleva colgadas palabras calladas

Destellos de mandrágoras
Se enraízan en su frágil cuerpo
Grillos y luciérnagas bailan
Sin compás alguno en sus trenzas
En su cuello vuela un velo
Que acaricia su risa con su nocturna brisa

Mirada humedecida por el viento
Desembocando en sus puertos
Sus más puros y secretos silencios
Una telaraña de madreselvas y hiedras
La atrapa entre sus espinosas garras
Enmudeciendo sus células
Poniéndole un bozal a sus quimeras

Una matriz encadenada
Aprisionada en una cruenta celda
No puede dar buenos hijos
En cambio…
Se congela y muere
Segundo a tropiezo
Tropiezo asegundo

Nostalgia…
Poniéndose de pie
Aviva sin temor la efimerada mecha
Se aparta de la esmeralda esfera
Dispuesta a recorrer las calles y las veredas
Perros equinoccios ladran tras su pena
Mientras felinos vespertinos
Despiertan con sus maullidos
Un letargo cansado y adolorido
Amargos pasados desengaños
Resucitados en el abismal olvido

Al final del camino angosto y escondido
Encuentra un pasadizo sombrío
Laberinto circular empapado en pantanosa bruma
Zigzagueando por pedregales sin luna
Hongos venenosos apretaban sus talones
Y la quimérica Nostalgia se confundió con las marinas sirenas
Caminaba tropezando, dando tumbos al descuido
Aferrándose con serenidad a de las hiedras con espinas
El laberinto se iba poco a poco cerrándose, consumiendo
Oscuro, baldío, silencioso, húmedo, casi vidrio

De la nada, una luz tenue aparece distanciada
Dispersando cual dulce fuente
Sonatas venusinas que circunvalan a mi nostálgica niña
Un arco de matices matinales
Al final del circular laberinto
Aparece perfumando los portales

Nostalgia…
Herida de muerte en sus pies por la toxicidad de los hongos centrífugos
Se arrastra cual lombriz por el cenagoso suelo
Tratando de alcanzar el arco de gélidos colores siniestros
Va en su arrastre rasgando sus manos
Rompiendo su celeste traje enredándolo en las espinas
Sus piernas sangran sangre platinada
Sus trenzas se van soltando por la inercia de la espesura

Justo al final de ese tormentoso viaje
Desnuda y malherida
Con su ánima corrompida
Se pone nuevamente en pie la Nostalgia mía
Con la mecha apagada y olvidada
Abre un hueco en su vientre
Hueco de donde salen
Golondrinas y gaviotas
Rubíes, esmeraldas, diamantes
Margaritas, azucenas y alelíes
Saca por fin su seca virginal matriz
Ofrendándola en el altar de los dioses del Olimpo

Mientras tanto…
De la tierra movediza en la que yace
Salen raíces de amor y justicia
Sembrando los pies de la musa
Transmutándola en estatua de mármol
En la misma entrada de la oscura catacumba






Viento Serena




(Lala©2010)

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