jueves, 30 de diciembre de 2010

Rosario de Perla


Rosario de Perla

Con el puñal en la mano
Con el corazón hecho pedazos
Perla frente al párroco
Se atraviesa
Semidesnuda e indiscreta le viene a reclamar

Ha recorrido largo tramo
Le ha dado tiempo
Para hilvanar sus latigazos
Esos que sabe muy bien propiciar
Con tan solo usar sus labios

En la puerta grande de la catedral
Ya la gitana semidesnuda está
Lleva en su mente una esperanza
Y en su conciencia
Una desnuda nostalgia

Que noche la de anoche
Frente a la hoguera
De la comarca
Cuando el padrecito se encendió con ella
Cuando el hombre en sus quimeras se dejó conjurar

Bailaron como dos fieras
El joven y sagrado hombre
Se entregó a las caderas en la carreta
Y ella
Conjuró en la piel de Genaro
Que no sería la única noche
Pero si la primera

De frente al fin
Los dos fulanos
Genaro sintió en el pecho
Un fuerte golpazo
Miro al cielo
Se persignó junto al averno
Parecía una aparición etérea
Su cuerpo de hombre estaba respondiendo frente a Perla

Había comenzado la misa
Y la bastardilla
Se sentó en la de al frente banquilla
Abriendo como ofrenda sus dos rodillas
Dejó que el curita con su vista
Le recorriera la guarida

El canónigo se encomendó a todos sus santos
Por no dejar alguno
Hasta nombres añadió a la eclesiástica lista
Sin pudor o susto alguno

La hechicera había dejado verse
De su pecho hasta la conciencia
Y los maridos presentes
Por mirar al frente
Como su costumbre era
Recibieron pellizcones
Y fuertes reprimendas

La misa no fluyó con gracia
Terminó a empujones
No hubo consistencias
Las monjas corrieron a sus salones
Se les caía la cara de vergüenza
Ocultaron su inocencia
Se negaron a ser cómplices
De esa inmunda y mundanal indecencia

Afuera los cotillas
Hacían abriles con sus lengüillas
Hablaban y desaforaban
De la pareja
Hasta lo que no sabían
Inventando así
Nuevas algarabías

Adentro
Justo frente a la catedral
A la derecha del viejo convento
Estaba el joven parroquial
Temblando cual párvulo
Frente a la gitana de sus encantos

Esta lo observaba en sigilo
Cual loba rapaz a su presa
Lentamente se le acercó
Al hombre le acrecentó la entrepierna
Podía sentir el aroma de la piel de la morena
Percibir los humedales que soplaban como brisa fresca

Fue cuando entonces la pícara
Y cruel quimera
Agarró con fuerza la sotana
Y con la diestra
De él la siniestra
Llevándolo con ternura a la sacristía
Pues despedirse apropiadamente quería
En el interior de la pequeña escolanía
La perversa gitanilla
Hizo agostos con sus risas
Le besó al padre desde el pelo
Hasta la barbilla
Recorrió el cuerpo entero
No se olvidó de la sombra de su hombría

Este entre suspiros, sudor y gemidos
Al cielo se encomendó desde el suelo
No abrió los ojos ni un solo momento
Tenía temor de encontrarse en el infierno
Cuando la mujer terminó de consumirlo hasta el desenfreno
Vistió con premura su verde falda
Puso por encima la blusilla oscura
Arrancó su collar del cuello
Cayeron de bruces las perlas
Haciendo presagio eterno
De las lágrimas que serían en el rostro del Padre Genaro
Desde ese día y para siempre
Una eterna quimera

El santo hombre del pecado
No podía con el peso de su conciencia
Le rogó a la gitana pecadora
No le abandonara en la tristeza
Pero la muy cruenta pero bella hechicera
De una carcajada irónica
Le devolvió al hombre la matriz de la sabiduría ciega

“Mire mi gayi sagrao
Usted no me ha entendio el jondo canto
Que esta gitana ramera morena
Solo a venio a encontrarlo
Pues tenía calor en la entrepierna
Uste se le debe a to’ sus santos
Yo me le debo a la madre tierra
Sólo vine a regalarle un rato
Vine a que estrenara su hombría
En estas mis malditas tierras
Quédese aquí tranquilito
Tómese un tilo fresquecito
No le cuente a nadie lo que aquí ha sucedido
Después de todo
Es un chisme escondio
Yo me voy ya
Los gitanos esperan por mí en el sembradío
Mi hombre tiene que estar
Mucho más que enfureció
Una cosa le dejo como regalo mío
Son esas perlas que el suelo están
Haga un rosario bello
Bendígalas
Y rece por mi alma con ellas
Hago además en sangre gitana una promesa
Cada vez que pase por esta comarca
Le abriré la puerta de mi carreta”

Diciendo estas últimas palabras
Salió corriendo por la ventana
El cura se puso la sotana
Recogió una a una
Sin faltar alguna
Todas y cada una de las perlas
Escribió en su calendario la fecha
Para comenzar a contar los días
Esos que le faltan todavía
Para entrar de nuevo
En esa maldita carreta


Viento Serena
(Lala©2010)

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