domingo, 5 de diciembre de 2010

Perla esta de vuelta

Sentada al borde de la cama

Justo al frente de la ventana

La preciosa muchacha

Sus bellas trenzas peinaba


Sus manos parecían de lino

Los ojos oscuros como su instinto

Piel blanca, casi nevada

Rojos como escarlata son sus labios

Boca de dama enamorada


Volaba entre las nubes

Aprisionada estaba su alma

El hastío la había entumecido

La rutina de su perfecta vida

Robaba la alegría de sus latidos


Buscaba la correcta manera

De vivir alguna aventura

No encontraba alguna

Ninguna

No existe maneras correctas

Para vivir una diablura


Piano, opera, teatro

Ballet, pintura, te

Cenas, almuerzos

Desfiles y bailes

En su pecho revienta un por que


Lentamente

Cabizbaja

Va descendiendo por la escala

En la sala la esperaba

Un caballero de conciencia


De repente

En la lejanía cercana

Se escucha un canto color esperanza

Aromas a especias y olibano

Un fuego se enciende en los jacintos

El estruendo de las carretas

Las tramposas carcajadas certeras

Y un silbido sin igual

El silbido de ella...


Ya en la sala

La bella Susana tomaba una copa de jerez

Los demás no se percataban de su idílica existencia

La música se acercaba y aceleraba

Las carretas ya hacían su entrada a la comarca

El rito de acomodar las carpas apenas comenzaba

En solo dos horas

La hoguera estaría ardiendo en ceremonia


Un sudor frío y cristalino

Golpeo de la blanca ninfa el ombligo

Sus pies sintieron la premura

Sus caderas se encendieron en anchura

Salió al balcón

Desde donde a lo lejos los avisto

Eran ellos

Abril primero

Los gitanos la comarca invadieron


Esa noche noctambula la Susana

Pesadillas de insomnio

Recorrieron su caverna

Mientras sonaban las guitarras, castañuelas y tambores en la jarana

No durmió

Sonó el tambor

Despertó


Alba...


Salió de la casa blanca

Vestida de seda francesa

Sandalias planas

Color cereza

En la cabeza un sombrero

Adornado con violetas

Solo un pensamiento

Sus ojos le queman

No entraría al convento

Pasaría de el

Escribiría de esto un cuento


A orillas de la senda siniestra

En el riachuelo sereno y vivo

Desnuda refrescaba su cuerpo ella

Prohibida y ajena

Perla

Alucino los ojos de la virgen bella

Cuando se percato de su dulce presencia

Le sonrió tiernamente

Vistió sus ropas calientes

Le lanzó un beso

Que cayo en su frente


"Ay mi damita bella

Que hace usted sola en estas fronteras

No se ha percatado

Que esos villanos han llegado?"

Sonrió nuevamente

La gitana perversa

Acto seguido

Puso una flor en su melena


Tartamudeo la joven mujer

No supo que contestar

Mucho menos como actuar

Sin embargo ella

Entendió el vacío de su mirada

Le extendió su diestra mano

La llevo a las carretas de sus camaradas


Ya en el campamento

Ambas mujeres hablaban a sus anchas

Mientras las viejas ron caliente

En sus copas echaban

Susana se soltó las trenzas

Dejando caer una madeja de rizos

Sobre su espalda aun cubierta

Fue entonces cuando a Perla

Se encendió en su demencia


Aventura buscaba Susana

Perla a Susana

Aventura le ofrendaba

La tomo nuevamente de la diestra

Casi a empellones la llevo a su carreta

Le quito el traje de princesa muerta

La vistió con sus faldas

Blusas y collares perlas

Pinto en sus ojos una raya negra

Haciendo que sus noches

Brillaran etéreas

Amarró un nudo en su melena

Dejando su espalda desnuda ante las hienas


Le enseño a moverse descalza entre las piedras

A usar las castañuelas

A bailar encima de la hoguera

Vertió una fragancia bruja en sus senos

Le entregó un puñal

El que amarro a sus muslos de hierro

Ya estaba lista

Susana estaba preparada para la rueda


Al salir de la carreta

Los gitanos perdieron la inocencia

Dos mujeres se acercaban

Flotando en el viento de sus barbas

Una morena como la pimienta

La otra

La otra blanca como la niebla

Pero las dos eran la misma ventisca

El mismo aire con sabor a problemas


Bailaron toda la noche

Susana había perdido los reproches

Se había enfrascado entre loas y pasiones

Se olvidaba por completo de sus ancestrales cortes


Perla la observaba extasiada

Compasión le había nacido

Por la frágil y débil muchacha

Le había prohibido

A sus amantes cautivos

Acercarsele a la ninfa

Ni tan siquiera a un cantio

La protegió de todos ellos

Hasta del jefe de los silbidos


Dejo que se divirtiera

Le azuzo el fuego de su caldera

La subió encima de la gran mesa

Rompió su falda

Dejo ver de ella

Sus blancas caderas


Bailó, bailó, bailó


El sol las madrugó

La gitanilla blanca despertó de su inconsciencia

Se asustó mucho cuando encontró su cuerpo desnudo en la caseta de Perla

Vistió rápido sus sobrias ropas

Beso la frente de la perversa

Dejando en su gaveta

Una diadema de esmeraldas

Que llevaba en su cartera

Al vuelo de los pájaros mañaneros

A su presente pretérito

Cabizbaja y muy satisfecha

De su aventura gitana

A su ordenada existencia volvió


Al abrir sus lumbreras

Perla se percato del destierro de la desilusión

Pero al abrir su gaveta

La hermosa diadema encontró

La misma que desde entonces en sus tropiezos

Hasta el sol de hoy

Perla para siempre con ella

Su rizada y nocturna melena adornó


Lala 2010

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