lunes, 13 de diciembre de 2010

La misma tinta


Una misma tinta

Vagabundeaba mi mirada
Desertando con mis palabras
Narraré unos sucesos
Los vertiré en las lineas de mis versos

En una veraniega mañana
El madrigal con su trino me despertaba
Se posó sin titubear en mi ventana
Alborotando mis pensares
Revoloteando sobre mis mares

Sacábame dormida de las sábanas que mi cuerpo acaloraban
Un poema de nostalgia estalló justo en el centro de mi pecho
No dudé nada
Comencé a amarle en silencio

Lloré mucho al leerlo
No comprendía el amor que este trovero
Por de mis versos la madre, Julia
En sus grisáceos versos le profería
Una a una fui absorbiendo sus lineas
Quedamente fui diluyendo mi esencia en su tinta

No pasaron muchos tropiezos
Cuando mediante los versos
Nos fuimos descubriendo
Algo mucho más que el cuerpo
Haciendo testigos a muchos
De este amor profundo
Puro, claro y honesto
Que ha conjugado nuestros adverbios

No hubo injusticia alguna
Hubo espera de consignas dignas
Gratificante fue esta quimera
Alimentó febrilmente nuestra hoguera

Hijos escritos multiplicados al ciento
Lentamente fui para él escribiendo
Donde serenamente y agresiva
Fui su piel conquistando
Construyendo barricadas
Para la que sería y es mi guarida

Muchos nos observan
Leyendo nuestros centros
Se disfrutan con nosotros
Nuestras rimas en estéreo
Otros a la distancian
Se tornan verdes e inconscientes
Nos envidian hasta los sueños
Quisieran vernos aplastados por las corrientes
Mientras algunos son los que conocen
Las verdades que nos circundan
Son estos los que aman de nosotros
Hasta nuestros más infantiles juegos
Son los cómplices fieles de nuestro silencio

No hay un despertar
Que no amanezca en su pecho atada
No hay un anochecer
Que no me pierda en los besos
En su espalda recostada
No hay en fin un tropiezo del tiempo
En el que al mirar a mi lado
No me sienta amada
No existe un suspiro de momento
Que no sienta que sólo a él pertenezco

Somos una rima consonante
Hemos sido escritos desde mucho antes
El tiempo se hizo cómpinche de los aires
Cuando por un hermoso poema para otra
Trajo a este hombre al que adoro
A los confines de mis valles

Conoce de mí hasta los dolores de mis pesares
Los ha hecho suyos
Los ha guardado en sus costales
No tiene temor a mi pasado enfrentarse
Sin embargo siente pudor
Al tratarse de los males ancestrales
Levanta espada en contra de los fantasmas avernales
Cortando sus cabezas
Defendiendo sus comarcas
Y sagrados portales

Yo por él
Capaz sería de enfrentar a la muerte siniestra
Le abriría un hueco en la frente
Derramaría ácido en su cerebro
No me importa hacerme dueña de sus tormentos
Alivianando su carga
Descansando su mirada enturbiada
Ofrendándole mi alma, pasiones y sueños
Por él sin duda alguna
Retorcería el cuello de Hades
En las mismas puertas del infierno

Con él siento la seguridad
Que mis esperanzas alumbra
Completa mi vida
Con su verdad y bondad
Enciende fogata a mi penumbra

Somos de un mismo poema
La estrofa entre uno compartida
Somos metáfora
Imagen real y vívida

Y cuando me desnudo frente a su mirada
Tranquila
Sin vergüenza
Sin prejuicios
Ni inmundicias
Se abre el cielo
En pleno conocimiento
Demostrándome una vez más
Que fuimos
Y somos declamados
Por una misma y bendita tinta



Viento Serena

(Lala©2010)

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