domingo, 5 de diciembre de 2010

Otra charla entre Aristarco y Viento

Dialogo entre Viento y Aristarco

Versos de carne y arena

Viento: Soy la bruma que se desliza en la penumbra
La espuma que atrapa las algas en sus manos
Y las enlaza a su alma
El rastro de los ojos que observa el gélido deseo del silencio
También soy piel de lluvia que refresca las membranas de las olas
Pero sobre todo
Soy esa mujer que ama y se entrega a su amante por completo

Aristarco: Entonces soy tu lago
tu mar
la desembocadura de tus ríos
la arena envuelta
escaramuzada entre las tantas vertientes torrenciales de tu cuerpo...

Viento: Eres el mar que por dentro me quema
La brisa que en sus lluvias me enerva
El sueño que en mis humedales
Se alimenta de mis vinos eternos

Aristarco: Líquido soy
que chorrea de tu espalda hasta lo más eterno
labio en tu nalga izquierda
raíz en tu nalga derecha
suspiro intranquilo entre tus piernas
que hace de tu epidermis vendaval exquisito para los reyes gustativos de mi lengua
esclavos quereres los tuyos
mis dedos cual garfio...

Viento: Me descalabran las ventiscas de mi avernal hoguera
Torciendo mis piernas
Cerrando entre ellas tus caderas
Mientras tus manos acumulan las espinas que se escondían en mi pecho
Y en tus palmas tu boca alumbran
Fragua en mi vientre sin clemencia un surco
Donde sin titubeos puedas esconder tus disturbios
Mójame la vida con tus delirios
Bifurca en la matriz subterfugio de mis libidinosos respiros
Sin reparo distendido
Fermenta la masa que hace un hueco en mis febriles entrañas

Aristarco: no,
sino que en tu vientre seré como polvo de fénix naciente
reverberaré en crescendo de tus entrañas
reventando en similitudes de ansias parecidas a las tuyas...
y a la vez seré como quimera envuelta en rizos de morena sin aire
clavando mi verbo en imperato...
mordiendo cada voz que obliguen mis cuerdas a salir de tu boca...

Viento: Enmudece las bruces de mis quejidos
Acaricia las caricias que carcomen mi lengua
Desequilibra mis profanidades mientras empanas con tus vahos mis cavidades
Nútreme el volcán que llevo en mi secreto
Riégalo con las imágenes de tu fuego
Mientras suspendes mis brisas entre la sombra de tus alquimias

Aristarco: heme aquí
cantico mío...
heme aquí,
serán entonces mis poros orquesta entre tus montes...
serán entonces tus gemidos instrumentos de sigilia seducidos a levantar notas en do mayor...
te seré pentagrama bendito desafiando el clavo mortal en mi pecho en nombre del bendito amor que supura tu quijada,
(te seré perpetuo)
con tal de arrastrar tus manos por el cuerpo que me vez,
por el resto de mis días conmigo...

Viento: Sempiterna seré en el vientre de tu tierra
Eterna te seré en las erecciones que te enervan
Retocare las pinturas de tus galerías de piedra
Arrancare de tus moradas las angustias de miradas siniestras
Absorberé en mis sentidos tus latidos conjugados con mis gemidos
Grabare en mis células un calendario infinito
Nuestros versos de carne y arena





Viento Serena
Y
Aristarco Dávila





(Lala©2010)

No hay comentarios:

Publicar un comentario